lunes, 14 de noviembre de 2011

La libertad del esclavo.

-Hola.
-Esto... ¿Nos conocemos?
-De toda la vida.
-Pues no me suena su cara.
-Normal.
-¿Normal por qué?
-Porque lo es.
-Mire, tengo muchas cosas que hacer y muy poco tiempo, ¿así que qué coño quiere?
-Ofrecerte una cosa.
-¿Ah, sí? ¿Y de qué se trata?
-De tu vida.
-¿Cómo dice?
-Te ofrezco tu vida, pero a cambio de algo.
-¿Pero de qué me está hablando?
-Sé lo que te pasa. Sé lo que no te deja dormir. Sé lo que te aterra. Sé lo que te mata. Lo sé todo. Por eso vengo a ofrecerte lo que te curará y te matará al mismo tiempo: tu vida.
-¿Quién coño es usted y cómo sabe lo de...?
-Tu cáncer. Sí, lo sé. Y sé que te queda poco en este insignificante mundo.
-¿Y dice que puede curarlo? ¿Es usted médico o algo así?
-Sí, bueno, algo así.
-¿En serio?
-Créeme
-¿Y qué quiere a cambio?
-Tú libertad. Tu elección. Tu libre albedrío. Eso es lo que quiero.
-¿Y cómo voy yo a darle eso?
-Creo que aún no sabes quién soy. Bueno, ¿el número 666 te dice algo?
-Un momento... ¡No! No puede ser.
-Me da que sí.
-No te creo. Tú no eres real.
-Puede que no. Pero lo que sí que soy es tu única esperanza para seguir en este mundo, a cambio de tu libertad, claro.
-¡No! ¡De ninguna manera! Y aunque realmente fuera usted quien dice ser, le voy a decir una cosa: prefiero morir libre a morir como un esclavo. Así que váyase al...
-¿Infierno?
El hombre hizo una mueca de desprecio y se marchó, perdiéndose entre la muchedumbre.
-Pobres humanos. Idolatran la libertad. Es eso mismo lo que les impide ver la verdad: que nunca han dejado de ser esclavos.


"Eres un esclavo. Al igual que los demás naciste en cautiverio. Estás atrapado en una prisión que no puedes ver ni tocar. Una prisión para tu mente".
Morfeo (Matrix)

3: