Aquí os dejo mi particular homenaje al que han sido diez años de sentimiento unoinista. Para los que no lo sepan, el 18 de junio de 2013, la Unión Deportiva Salamanca desaparecía después de más de 90 años de historia. Fue el club de mi vida, mi primer amor, supongo, y quería ofrecerle un escrito digno.
Esta historia en cuestión viene recogida en el libro "Momentos UDS", que se puede adquirir en distintos comercios salmantinos por el precio de 12 euros. Sólo quería compartirla con vosotros, mis lectores. No en vano, es mi primera publicación oficial. Espero que os guste.
Además, debajo oo dejo también una serie de fotos de lo que ha sido mi andadura estos últimos años con la UDS.
'No se moleste, ya la mataron'
Así
terminaba el maestro Gabriel García Márquez uno de los capítulos
de su obra maestra “Crónica de una muerte anunciada”. No he
elegido este título ni esta novela por casualidad, y es que, por
muchos clavos ardiendo a los que nos agarráramos en su día y por
muchos culpables que busquemos ahora, esta muerte, la muerte de
nuestra Unión, no ha sido más que una muerte anunciada. Todos lo
sabíamos; ninguno nos lo creíamos.
De
mis diecisiete años, diez los he dedicado al seguimiento de la
Unión, siendo socio los últimos cinco. Muchos partidos han pasado
desde entonces, pero recordaré el primero al igual que recuerdo mi
primer beso. Un lejano UDS-Sporting de Gijón (con 0-2 de resultado
final) al que fui acompañado por mi padre, que siempre ha estado ahí
y ha vivido conmigo cada partido de la Unión, inauguraba una etapa
en mi corta vida que ingenuamente supuse eterna, pero nada es eterno.
Una etapa de alegrías y decepciones, de victorias y derrotas, de
ascensos y descensos... De UDS. Una etapa que terminó ese fatídico
18 de junio de 2013.
Envidio
a los seguidores, socios, unionistas, más veteranos por haber vivido
aquellas épocas doradas de la Unión y esos míticos partidos que ya
todos conocemos: los ascensos en Burgos y Vitoria o las victorias
épicas contra FC Barcelona, Valencia y Atlético de Madrid. También
les envidio por haber visto con sus propios ojos a jugadores como
Michel Salgado, Sito, Zegarra, Taira, Giovanella, Vellisca,
Brito, Pauleta, Barbará, Silvani defender la elástica unionista...
Y
es que, durante todo este tiempo, solo tuve un sueño: ver a la Unión
en Primera. Un sueño que ya no se cumplirá. Me quedaré con los
mejores recuerdos que guardo: el último ascenso a Segunda, los
partidos contra el Elche (5-4) o el Rayo (1-2) de nuestro último año
en la división de Plata, además de haber visto a jugadores como
Quique Martín o José Moratón, dos ejemplos para todos; por
desgracia, dos excepciones en la tónica general de los últimos
años.
Para
terminar, quería centrar la atención al título que encabeza este
relato: “no se moleste, ya la mataron”. Y es que la Unión
Deportiva Salamanca murió, para desgracia de todo unionista y para
tristeza del fútbol español, donde hoy en día, las desapariciones,
liquidaciones o descensos administrativos son más frecuentes de lo
que todos desearíamos. Pero, recurriendo a otra obra maestra
literaria, me gustaría recordar que los tiempos de Bernarda Alba ya
pasaron, y que lo que necesita Salamanca y el fútbol salmantino es
que pasemos página, miremos para adelante y sigamos apoyando a un
equipo charro que lleve el nombre de nuestra ciudad y nuestra región
por doquier.
Muchos
me tacharán de traidor, hereje, chaquetero y demás soeces, pero yo
fui de la Unión durante toda mi vida hasta su muerte, y esa es la
verdad.
Dicho
esto: hasta siempre, Unión Deportiva Salamanca y ¡HALA UNIÓN!
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