viernes, 30 de septiembre de 2011

En serio, haced el amor.

Sí, hoy toca escribir sobre el amor. Ese tema tan... Bufff, ¿vosotros qué adjetivos le pondríais? Porque yo, la verdad, podría empezar por el adjetivo más hermoso y acabar diciendo que es una puñetera mierda. Me imagino que a todo el mundo le pasará algo parecido. Pero, en general, el amor romántico -que es sobre el que reflexionaremos hoy- suele ser muy positivo, creo yo. Hagamos una prueba. Invito a que todo el mundo que esté leyendo esto se relaje, cierre los ojos y piense en "esa persona". Todos sabéis a quién me refiero. Y no me vale eso de: "¡Bah! A mí no me pasa eso, yo no estoy enamorado de nadie", porque no me lo creeré. Quizás haya alguna excepción, y si la hay, seguro que dicha excepción ha tenido alguna vez en el pasado a "una persona", así que que piense en esos momentos con ella y cómo se sentía en ese preciso instante del pasado. Bueno, tomáos el tiempo que necesitéis, pero por favor, pensad en esa persona. Visualizad su cara, sus ojos, sus pelo, su piel, su culo; visualizad cada pequeño detalle, y cuando lo hayáis hecho pasad al siguiente párrafo.
Lo sentís, ¿verdad? Ese cosquilleo, esa sonrisa que se os dibuja en la cara, ese chorro de hormonas que recorre vuestro cuerpo. Eso, amigos míos, es amor. Un mecanismo natural del que os ha dotado la naturaleza con el simple fin de transmitir lo más valioso, biológocamente hablando, que lleváis en vuestro interior: los genes. Sí, sé que así el amor romántico pierde todo su significado poético, pero si queréis leer un texto cursi sobre el amor, amigos míos, os habéis equivocado de blog. Con esto no quiero decir que vuestros sentimientos hacia esa persona y vuestro comportamiento hacia la misma no esté justificado, al contrario, son esos pensamientos y acciones ilógicas, irracionales y cursis lo que precisamente demuestra uno de los impulsos biológicos más simples e importantes de la naturaleza, el ya nombrado amor. Pero aún vamos a rebajar más el concepto humano del amor romántico, que se traduciría nada más y nada menos que en deseo sexual. Esas pantomimas de la pareja, tales como las quedadas, las cenas, los sms de madrugada o la foto de su cara en el móvil. ¿Todo esto qué es? Yo os respondo: nada. Una marranada que la conciencia humana se ha inventado para justificar el propio deseo sexual y transformarlo en eso que denominamos amor.
Alguno estará pensando que soy un ser sin corazón y exento de cualquier emoción relacionada con el amor, cual ameba. Pues debéis de recordar que aun con todas estas reflexiones en mi cabeza sigo siendo indefectiblemente humano (y adolescente, que es peor), es decir, que yo soy el primero que cae en toda esa pantomima y guarrería romántica que la humanidad se ha ido inventando a lo largo de los siglos.
Me gustaría terminar con una frase de Eduard Punset que sice así: "la felicidad está en la sala de espera de la felicidad", con la que os pido que disfrutéis de esta sensación que os produce el amor romántico hasta desgastarlo por completo, porque tened en cuenta una cosa: el sentimiento del amor es inherente al ser humano, pero no siempre recíproco entre dos personas (y sí, tú eres una de esas dos personas).

 "Lo único peor que estar enamorado es no estar enamorado".
Paul Hurgan

3:

1 comentario:

  1. Una vez una persona muy especial me dijo "él primer comentario en un blog es lo más especial que pueden darte". Y ciertamente, mi primer comentario (por mano de ésta persona especial) fue lo que desencadenó que la quisiera espontaneamente.
    No quiero desencadenar la misma reacción por tu parte, pero no quita que no te desee suerte en esta jungla de letras y, para finalizar,como dijo un viejo amigo mío llamado Jorge Luis Borges "Algunos se sienten orgullosos de lo que escriben. Yo me siento orgulloso de lo que leo".
    ;)

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